“Yo voy almacenando como quien va recogiendo retazos de la selva, de tantas ramas, de tantas hojas, tantas raíces, tantos bejucos, tantas flores, y las voy clasificando, ellas se van clasificando en un lugar que se llama el tálamo… es donde se almacenan, en la memoria subliminal… todo lo que estamos viendo, oyendo, sintiendo, tocando, y lo más curioso es que no tiene ubicación anatómica…”, nos comenta el maestro Morales, y continúa: “Casi todo lo que pinto viene de esos recuerdos… y también del Río San Juan, en Nicaragua, donde hay una reserva tropical de lluvia que es más o menos del mismo tipo, hay especies en común y tiene el mismo impacto. Llegando a México y en Costa Rica también he visitado selvas, pero yo nunca describo la selva… ningún trazo que hago es planeado… va saliendo… no sé que va a salir…”. Además de las selvas, otro de los temas que pinta frecuentemente es el de las bañistas. Ellas se bañan en escenas de lagos con fondos de selvas o en escenarios ficticios, siempre...
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